domingo, 26 de septiembre de 2010

Estambul ( Turquía). La Ciudad de los Cien Cementerios

Pocas ciudades son tan fascinantes como Estambul, una ciudad con más de 2.600 años de historia y que actualmente está habitada por 15 millones de personas. Es la quinta ciudad más poblada del planeta y se extiende sobre dos continentes: una parte de esta metrópolis está en Europa y la otra, cruzando el estrecho del Bósforo, en Asia.


Mezquita de Ostaköy, Estambul

A lo largo de su historia, Estambul ha sido la capital de tres imperios diferentes: Romano, Bizantino y Otomano, y ha sido conquistada y perdida por persas, griegos, romanos y cruzados. Es una ciudad de muchas culturas e identidades, una ciudad que no deja indiferente a nadie.


Estambul es actualmente muy popular entre los turistas europeos. Cuando vayas no debes dejar de visitar Santa Sofía, la Mezquita Azul, el Palacio de Topkapi, comprar algo en el Gran Bazar, ver el Bazar de las Especias, realizar un recorrido en barco por el Bósforo, pero... ¿y sus cementerios...?. Son como la ciudad, únicos.

Para empezar, hay más de cien cementerios (mezarligi en turco) dentro de la ciudad. Parece que nadie sabe el número exacto, el principal motivo es que la cultura Arabe considera los lugares donde se realizan enterramientos como tierra sagrada, y como las mezquitas, nunca se mueven a otras áreas y o se les da otro uso. Los cementerios de Estambul son de todos los tamaños, desde los pequeños cementerios en el centro de la ciudad al lado de las mezquitas, hasta el gran cementerio de Karacaahmet, más alejado del centro histórico, que algunos dicen que es el mayor del mundo (sin duda es el mayor de Turquía). 
Santa Sofía, Estambul

Las guías turísticas te recomendarán visitar estos tres: (1) Eirnekapi Sehitligi Mezarligi (también conocido como Eyüp Mezarligi) situado en la parte Europea de Estambul e una colina con vistas sobre el Cuerno de Oro (histórico estuario a la entrada del Bósforo). Los enterramientos se iniciaron aquí después del Sitio de Constantinopla en 1453 para proporcionar tumbas a los soldados Otomanos fallecidos en la batalla.  (2) Asri Asiyan Mezarligi, también en la zona Europea, es el lugar de reposo de importantes artistas Turcos. Es un pequeño cementerio con preciosas vistas al Bósforo. (3) Karacaahmet Mezarligi, en la parte Asiática de Estambul, fue fundado en 1550. Este gigantesco cementerio, realmente una ciudad en sí mismo, es el lugar de descanso de más de 150 millones de Musulmanes. Y tiene más de 400 años de antigüedad.

Tumbas de Hombres, periodo Otomano.

De todas formas, en Estambul no hay que buscar mucho para encontrar un bonito cementerio para dar un tranquilo paseo. Dispersos por la ciudad hay numerosos camposantos que merece la pena visitar, los puedes encontrar sin la ayuda de ningún plano. Los que yo he visitado atrajeron mi atención porque parecían pequeños patios o jardines desde el exterior y animaban a visitarlos.

Pequeño cementerio cerca del Gran Bazar.

Tumbas de mujer.
La mayor parte de las tumbas se elevan unos centímetros sobre el suelo y sus lápidas son muy interesantes. Las lápidas antiguas son las que atrajeron mi atención por los diferentes símbolos usados en ellas. La mayoría son piedras altas y estrechas con información sobre su ocupante. Se aprecian diferencias importantes entre las tumbas de hombres y las de mujeres. Las lápidas correspondientes al periodo Otomano pertenecientes a hombres tienen un turbante de piedra en su parte superior y, curiosamente el número de pliegues esculpidos en el turbante indicaban la clase social / estatus del difunto: más pliegues, mayor clase o estatus. Cuando en 1828 los turbantes fueron prohibidos en el país, las tumbas de los hombres empezaron a decorarse con los típicos fez Turcos (gorro de fieltro rojo en forma de cubilete invertido) también esculpidos en piedra. Muy diferentes son las lápidas correspondientes a la mujeres, muy ornamentas y decoradas con pequeñas flores esculpidas (normalmente rosas), con una flor por cada hijo al dio a luz. O también con un auténtico rosal plantado en la sepultura.

Tumbas de hombre, depués de la prohibición de los turbantes.

Es bastante común ver a la gente de Estambul en los cementerios de la ciudad: caminando, descansando o visitando tranquilamente las tumbas de sus seres queridos. Cada uno de los que he visitado era un oasis entre las ruidosas y atestadas calles de sus alrededores.



jueves, 23 de septiembre de 2010

Cementerio de Carcassonne (La Cité), Francia

Si vas a visitar Carcasona, la encantadora ciudad fortaleza medieval en el sur de Francia, no pierdas la oportunidad de dar un paseo matutino a través de este cementerio histórico. Lo que lo hace realmente único es su ubicación inmediatamente fuera de las murallas de La Cité (castillo-fortaleza). En el interior de La Cité es difícil de encontrar cualquier lugar o espacio que se sienta ni de lejos como auténtico, debido a los cientos de turistas deambulando en una y otra dirección entre bares, restaurantes y tiendas de recuerdos. Una visita al cementerio lo compensa.

La discreta entrada de este cementerio de muros de piedra se encuentra justo detrás del carrusel antiguo que está a tiro de piedra de la entrada principal a la fortaleza. Fácil de localizar, de fácil acceso y en absoluto popular entre los turistas, la mañana que visitamos Le Cimetière estaba prácticamente vacío, excepto por un empleado, una anciana francesa que me saludó con un Bonjour Madame y dos jóvenes, que parecían estudiantes universitarios americanos, probablemente allí por la misma razón que nosotros. Era una mañana hermosa, fresca y soleada, arriba un cielo azul y ese magnífico telón de fondo de las torres medievales y murallas de piedra.


Le Cimetière de La Cité es muy manejable. No es especialmente grande, y se distribuye en unas pocas calles principales, se puede ver prácticamente todo de una manera relajada en 60-90 minutos. Esto te da un montón de tiempo para detenerte y leer los nombres y las fechas (mediados de 1800 hasta hoy) en las tumbas y mausoleos, echar un vistazo a las fotografías de muchos de sus ocupantes, y parar de vez en cuando para apreciar las hermosas vistas en todas direcciones. Al mirar a través del cementerio hacia el castillo, el cementerio parece fundirse en las murallas y torres de La Cité. Si se mira hacia abajo en dirección hacia la entrada, se puede ver la hermosa campiña de Carcassonne.

Las tumbas de este cementerio francés no son muy diferentes de las de los cementerios rurales de España que he visitado en los últimos años. Excepto tal vez por la práctica de colocar encima, casi verticalmente, unas placas rectangulares, de piedra o de cerámica en la parte superior de las tumbas como “souvenirs” (recuerdos) para el ser querido. A notre ami, a mon papa chéri, a ma grand-mere, a notre fils .... en algunas de las tumbas había hasta 30 de estas placas. Están decoradas con flores, pájaros, vírgenes y/o imágenes esculpidas de la profesión del ser querido, el deporte o su pasatiempo favorito mientras estaba en esta vida. Al ir caminando, se puede apreciar si la persona había sido un granjero, un cazador, un jugador de rugby, etc durante su vida. En cuanto a las fotografías, hay muchas. Hay algunas encantadoras de niños en su vestido de primera comunión de principios de los años 1900 y algunas de hombres y mujeres jóvenes que murieron en la adolescencia o en su juventud, que te hacen sentir muy impresionado.


Una última nota para los fotógrafos: aprovechad la Cité en una clara noche de verano para fotografiar las sombras y las siluetas de su cementerio en contra las murallas. Impresionante.

Cementerio de Carcassonne (La Cité) Fotos

¿Porqué Mis Cementerios Favoritos?

Desde que era niña, siempre me ha gustado pasear por cementerios bonitos y tranquilos. Mis abuelos maternos, Charles y Josephine Stowell, solían organizar grandes comidas para las fiestas y reuniones familiares durante mi niñez. El domingo de Pascua, el 4 de Julio, el Día de Acción de Gracias, la Navidad .... eran celebraciones familiares que mi hermano, mi hermana y yo esperabamos con mucha anticipación: un montón de primos para jugar, un montón de buena comida, mucha charla y buen humor. A última hora de la tarde en estos días, mi querida prima (y ahora buena amiga) Melodie y yo íbamos a dar un paseo. Ya sabes, para salir de la casa por un tiempo, estirar las piernas y lo más importante, tener una buena charla de chica a chica. Pero mis abuelos vivían en medio del campo y estaban a kilómetros de distancia de cualquier pueblo o zona poblada, donde uno podría caminar por las calles, mirando las casas o los escaparates. Afortunadamente, Melodie y yo teníamos dos opciones: el viejo camino o el cementerio de la colina. Nos turnábamos para elegir uno u otro, pero el cementerio de la colina siempre fué mi favorito. Situado sobre una alta loma cubierta de hierba, al otro lado de la carretera de una antigua escuela rural de ladrillo abandonada, era un cementerio pequeño y sencillo, con hermosas vistas al campo en la parte superior  y el lugar perfecto para un paseo y una charla en la tarde de un día festivo. Mucho más interesante que el camino viejo ya que podías detenerte en las diferentes tumbas, leer los nombres y las fechas, comparar sepulturas, comentar los nombres de las familias que conocíamos ....

Tu puedes reirte y pensar " ¡Qué pasatiempo más extraño! "; Sin embargo, en los últimos años, he conocido visitantes de cementerios en varios países y  parece que a todos nos gustan los cementerios por la misma razón: un cementerio es casi siempre una isla de paz y el lugar perfecto para un relajante paseo. Sobre todo cuando tenemos que salir de la agitada rutina de nuestro día a día o de los lugares turísticos más abarrotados cuando estamos de viaje.

Y ¿en cuanto a los ocupantes del cementerio? Bueno, yo pienso en ellos como los seres queridos de las personas que viven en la zona. Y por supuesto, todos sus ocupantes están muy contentos cuando pasas a visitarles.