Desde que era niña, siempre me ha gustado pasear por cementerios bonitos y tranquilos. Mis abuelos maternos, Charles y Josephine Stowell, solían organizar grandes comidas para las fiestas y reuniones familiares durante mi niñez. El domingo de Pascua, el 4 de Julio, el Día de Acción de Gracias, la Navidad .... eran celebraciones familiares que mi hermano, mi hermana y yo esperabamos con mucha anticipación: un montón de primos para jugar, un montón de buena comida, mucha charla y buen humor. A última hora de la tarde en estos días, mi querida prima (y ahora buena amiga) Melodie y yo íbamos a dar un paseo. Ya sabes, para salir de la casa por un tiempo, estirar las piernas y lo más importante, tener una buena charla de chica a chica. Pero mis abuelos vivían en medio del campo y estaban a kilómetros de distancia de cualquier pueblo o zona poblada, donde uno podría caminar por las calles, mirando las casas o los escaparates. Afortunadamente, Melodie y yo teníamos dos opciones: el viejo camino o el cementerio de la colina. Nos turnábamos para elegir uno u otro, pero el cementerio de la colina siempre fué mi favorito. Situado sobre una alta loma cubierta de hierba, al otro lado de la carretera de una antigua escuela rural de ladrillo abandonada, era un cementerio pequeño y sencillo, con hermosas vistas al campo en la parte superior y el lugar perfecto para un paseo y una charla en la tarde de un día festivo. Mucho más interesante que el camino viejo ya que podías detenerte en las diferentes tumbas, leer los nombres y las fechas, comparar sepulturas, comentar los nombres de las familias que conocíamos ....
Tu puedes reirte y pensar " ¡Qué pasatiempo más extraño! "; Sin embargo, en los últimos años, he conocido visitantes de cementerios en varios países y parece que a todos nos gustan los cementerios por la misma razón: un cementerio es casi siempre una isla de paz y el lugar perfecto para un relajante paseo. Sobre todo cuando tenemos que salir de la agitada rutina de nuestro día a día o de los lugares turísticos más abarrotados cuando estamos de viaje.
Y ¿en cuanto a los ocupantes del cementerio? Bueno, yo pienso en ellos como los seres queridos de las personas que viven en la zona. Y por supuesto, todos sus ocupantes están muy contentos cuando pasas a visitarles.
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